Matrimonios

Que no se termine el amor

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Con frecuencia escucho personas que vienen a mi oficina porque tienen problemas en su matrimonio y dicen: “Es que ya no siento amor por mi cónyuge”. ¿Será que el amor se puede acabar? Generalmente descubro que la razón por la que “ese amor se terminó” es porque no se cultivaron las acciones que lo alimentaban y poco a poco el egoísmo que reina en el corazón humano fue apareciendo como una sombra y la persona deja de pensar en el ser que era el objeto de su amor como alguien que se merece tal amor.

Se cuenta que una pareja de jóvenes muy apuestos estaban muy enamorados y se iban a casar. Unos meses antes de la boda, la novia tuvo un accidente y quedó con el rostro quemado y desfigurado. -No puedo casarme contigo – le comunicó en una carta a su novio – quedé marcada y fea. Búscate otra joven hermosa como tú te mereces. Yo no soy digna de ti.

A los pocos días, la muchacha recibió la siguiente carta de su novio. “El verdaderamente indigno soy yo. Siento mucho tener que comunicarte que he enfermado de los ojos, estoy perdiendo aceleradamente la visión e irremisiblemente voy a quedar ciego. Si aun así estás dispuesta a aceptarme, yo sigo ardientemente deseando casarme contigo”.

Cuando se casaron, el novio estaba ya completamente ciego. Vivieron 20 años de comprensión, felicidad y amor. Ella fue su lazarillo, se convirtió en sus ojos, en su luz. El amor le fue guiando por ese túnel de tinieblas.  Cuando ella agonizaba, sólo sentía dejarlo solo en su interminable noche de tinieblas. Murió y entonces él abrió sus ojos.

-No estaba ciego – dijo ante el desconcierto de todos. Fingí serlo para que mi esposa no se afligiera al pensar que podía verla con el rostro desfigurado.

Cuando se ama a una persona se es capaz de hacer cosas inusuales con mucha alegría porque el verdadero amor siempre busca el bien del otro.  Cualquier sacrificio resulta un placer si tan solo se piensa en la felicidad que se le proporcionará al ser amado.

Sería muy beneficioso desarrollar una ceguera intencional ante algunas de esas deformaciones del carácter que se descubren en los seres que amamos. Decir que no existen detalles que no son de nuestro agrado sería una insensatez pero dejar que el amor se termine es todavía una insensatez mayor. Tal vez esa sea la razón por la cual 1 Corintios dice: “El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece;  no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor”. Un amor con esas características es difícil que se pueda terminar con facilidad.

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