A pesar de las promesas de Dios, el amor Jesús y las muchas bendiciones que recibimos a diario, los seres humanos somos muy débiles y perdemos las esperanzas de vez en cuando. Cuando esto sucede, necesitamos del aliento de amigos cristianos y del poder transformador de la oración, y del aliento que provee la palabra de Dios.
Aunque en este mundo haya pruebas y luchas, Dios ha prometido darnos paz, gozo y vida eterna si nos entregamos a Él. No olvidemos que Dios siempre cumplirá sus promesas hoy, mañana y para siempre. Aunque las cosas de la vida sean difíciles, no perdamos la esperanza.