Esta semana escuché una declaración que me impactó grandemente. No recuerdo el autor pero estoy convencida de que contiene una gran verdad que nos debe hacer reflexionar.
A veces la gente no quiere oír la verdad, porque no desea que sus ilusiones sean destruídas
Este profundo pensamiento me llevó a considerar seriamente en; ¿qué es en realidad lo que yo quiero oír? ¿Quiero oír solamente aquello que se ajusta a mi manera de pensar? ¿Quiero oír las verdades que encajan con mis deseos y planes? Siendo sincera conmigo misma tengo que admitir que en muchas ocasiones la verdad no solamente duele sino que también incomoda. Produce tantas otras consecuencias que preferimos no solo no escucharla, sino que tampoco queremos decirla a otros. Esto es muy natural porque no deseamos dañar ni destruir nuestras ilusiones ni las ilusiones de las personas que amamos, pero lo cierto es que la verdad siempre será la verdad aunque duela e incomode.
Entonces la gran pregunta es, ¿debemos callar la verdad para no desanimar a otros? En 2 Timoteo 2:15,16 el apóstol Pablo le presenta a Timoteo un desafío que el joven predicador supo apreciar y practicar. “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad. Más evita profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad”. Este consejo no solamente se aplica a un predicador, sino a todos los que en algún momento de la vida nos enfrentamos con situaciones en las que tenemos la tarea de exponer la verdad porque callarla nos haría responsables de las consecuencias. Si bien es cierto que al exponer la verdad no es necesario ofender ni maltratar, es importante que seamos claro en lo que la Palabra de Dios dice y sostiene. Es muy fácil buscar la aprobación y el aplauso de las personas cuando dejamos de advertirles la verdad y nos acomodamos a sus gustos y maneras de pensar, Sin embargo las consecuencias son muy tristes cuando no seguimos las orientaciones del Señor. Que Dios nos ayude a mantenernos siempre del lado de la verdad aunque nos cueste sacrificar lo que tal vez deseamos.
Evelyn O.