“En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará” Salmo 23:2.
A mis perros Ruby y Chubby y a mí nos gusta dar caminatas temprano en la mañana por el bosque que está en la parte atrás de mi casa. Ellos corren delante investigando y explorando todo y al verlos uno pensaría que están en una competencia por llegar más rápido a algún sitio, mientras yo ando a pasos cómodos, meditando u orando. Yo sé a dónde vamos; ellos necesitan que yo los conduzca. En algunas ocasiones se salen del camino como buscando un rastro o por que se imaginan que un conejo o un zorro está por allí pero luego al llamarlos, inmediatamente regresan al sitio por donde yo estoy caminando.
Aunque ellos siempre van adelante, yo soy el que conduce. En el bosque, muy cerca de los límites de mi propiedad, hay un pequeño arroyo; a los lado de él crecen grandes árboles que tienen grandes troncos, como la cuerda que uso para llevarlos es larga ellos quieren llegar cerca del agua para explorar y a veces yo me escondo detrás de un árbol pero ellos enseguida comienzan a buscarme para sentirse seguros de mi presencia. Es interesante como en su caminata de vez en cuando voltean para atrás para estar seguros de que ando a su lado. Esos espacios de tiempo que paso con ellos cuando no los hago me hacen mucho falta y sé que a ellos también.
Así sucede cuando Dios conduce. Él conoce el camino porque lo ha preparado. Pero a veces puede que no lo veamos, y por eso hacemos lo mejor que podemos para ir a donde Él quiere que vayamos siguiendo la guía de su Palabra. Otras veces puede parecer que Dios se oculta de nosotros. Su paso tal vez no sea tan rápido como quisiéramos, o quizás queramos que Él vaya más despacio.
Así como Ruby y Chubby se mantiene mirando hacia atrás para buscarme, nosotros tenemos que buscar a Dios y su Palabra en todos los cruces importantes a los que lleguemos en el camino. Debemos apoyarnos en la dirección de su Espíritu.
En eso pensé hoy cuando caminaba con Ruby y Chubby por eso el texto de esta mañana dice: “En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará” (Salmo 23: 2). Y recuerda una cosa, si quieres que Dios te guíe debes estar dispuesto a seguirlo