La oración intercesora es poderosa y marca la diferencia. La oración intercesora cambia las cosas. Y esta es la razón: en el conflicto entre el bien y el mal, Dios valora nuestra libertad de elección. El hace lo posible por alcanzar a cada persona incluso antes que oremos por ella. sin embargo Dios está limitado por nuestras elecciones. El nunca violará nuestra libertad de elección, ese es su límite. El influye, pero nunca obliga, convence, pero no impone.
Cuando oramos por otra persona, Dios derrama el Espíritu Santo para que podamos alcanzarla. La oración intercesora abre las avenidas que le permiten obrar a Dios. Le entrega otra oportunidad. “Forma parte del plan de Dios concedernos, en respuestas a la oración hecha con fe, lo que no nos daría si no se lo pudiésemos así” – Elena de White (El Conflicto de los siglos, p. 580)
Cuando las personas oran, algo sucede. Los grupos de oración tienen un poder inusual, mediante el Todopoderoso. Dios o tres personas que oran fervientemente produce la diferencia. Dios escucha. Dios responde. Dios actúa. Dios toca vidas.
¿Tiene un compañero de oración? ¿Se reúne regularmente en pequeños grupos de oración intercesora? ¿Por qué no le pide a Dios que lo ayude a encontrar un compañero de oración? Encuentre una persona que quiera orar con ustedes y confeccionen juntos una lista de oración. Observe lo que Dios hace. Lo asombrará.
