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Secretos Para Un Corazón Feliz – Programa

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Es el espíritu de gratitud lo que hace que el corazón de un cristiano se sienta feliz.

happy face ideaTítulo: Secretos Para Un Corazón Feliz

Versículo Clave: “El corazón alegre se refleja en el rostro, el corazón dolido deprime el espíritu” (Prov. 15:13).

Ideas Generales

Decoración: Use como color básico el amarillo combinado con blanco y tal vez algunas flores de color morado. Haga unas caritas alegres que digan “Soy Una Mujer Feliz” para cada mesa. Puede usar el modelo del programa y añadirle las palabras.

Actividad de Inicio:

Materiales necesarios: corazones en color amarillo, blanco y morado

Mientras las personas van llegando permita que tomen un corazón del color de su preferencia, o si gusta alguien los puede repartir en la entrada. Una vez repartidos los corazones pida que se agrupen de acuerdo al color escogido para realizar la siguiente actividad:

a. todas las que tienen corazones amarillos – van a compartir con el grupo las cosas que les producen mucha felicidad y por las que se sienten agradecidas.

b. todas las que tienen corazones blancos – van a compartir alguna experiencia donde Dios les concedió algo que les produjo gran felicidad.

c. todas las que tienen corazones morados – van a compartir un deseo que quisieran ver realizado y que les produciría mucha felicidad.

Cuando todos los grupos hayan terminado la actividad permita que una o dos personas de diferente grupo resuman lo que escucharon y compartieron.

Música

Hay dos himnos en el himnario que pueden ser usados para cantar con el grupo, o como música especial. Uno es el 531 “La Familia de Dios”, y el 346 “Feliz el Día”.

Tema    Secretos Para Un Corazón Feliz

Introducción:

Todos queremos ser felices. La felicidad es uno de los estados emocionales más buscados por todos los serse humanos, sin embargo, muchos confunden el camino que conduce hacia una vida feliz. En este sencillo programa se presentan algunas sugerencias bíblicas que ayudan para adquirir ese estado de felicidad tan deseado.

Parte I  Feliz con Dios

En muchas ocasiones se pasan por alto los actos de amor y de bondad que los miembros de la familia realizan unos por otros en el diario vivir. Pensamos que nuestros familiares están obligados a ser amables y bondadosos con nosotras por el simple hecho de que son nuestros familiares. Además con frecuencia expresamos nuestro descontento porque no se reconocen todas las atenciones y actos de bondad que realizamos a otros.  Esta actitud es una de las razones por la que no disfrutamos de más felicidad en nuestra vida familiar y personal.

Lo mismo sucede en nuestra relación con Dios. El gran secreto para ser felices lo encontramos cuando aprendemos a ser agradecidos con Dios. Pensemos por unos minutos en todas las cosas buenas y maravillosas que recibimos de Dios diariamente y por las cuales poco o nada le agradecemos. Muchas veces nos comportamos como si Dios estuviera obligado a darnos todo por el simple hecho de ser Dios. En 1 Samuel 12:24 dice: “Pero los exhorto a temer al Señor y a servirle fielmente y de todo corazón, recordando los grandes beneficios que él ha hecho en favor de ustedes”. Analicemos más de cerca el contenido de esta declaración.

a. “Pero los exhorto a temer al Señor y a servirle fielmente y de todo corazón” – Estas palabras fueron pronunciadas por el profeta Samuel cuando dirigió su mensaje al pueblo en ocasión de saber que ellos habían elegido un rey.  Esta primera parte del texto es un llamado a reverenciar a Dios mediante un servicio fiel y sincero porque una de las cosas que más necesitan los hombres hoy día es darse tiempo para la meditación en la infinita bondad de Dios y en las pruebas de su cuidado y conducción. Una actitud tal habrá de producir en las personas un deseo ferviente de servir a Dios en todo momento.

b. “recordando los grandes beneficios que él ha hecho en favor de ustedes”– El olvido es  uno de los grandes pecados de nosotros los humanos. ¿Puedes identificar por lo menos dos actos de Dios realizados en tu favor durante el día de hoy? La razón por la cual tenemos tanta dificultad en sentirnos felices es porque no meditamos en la forma tan maravillosa como Dios nos bendice. Constantemente Dios está derramando su amor, su perdón y bendición sobre nosotras. Nuestro grado de felicidad aumentará cuando aprendamos a ser agradecidas con Dios en toda ocasión.

Parte II  Feliz con las demás personas

Es evidente que si somos agradecidas con Dios será más fácil ser agradecidos con las personas que nos rodean. Es fácil sentir que no se nos agradece por lo que hacemos en favor de otros, pero ese sentimiento es un inhibidor total de la felicidad. Cuando comenzamos a pensar que damos más de lo que recibimos, o que es tanto lo que nos sacrificamos por otros que nunca lo agradecen nuestra vida se llena de resentimiento, amargura y en su lugar la felicidad huye para entronizarse el mal. No vale la pena sacrificar la dicha de ser feliz por algo que finalmente no tiene valor. Si “tu copa” está llena de felicidad, la alegría de servir será lo que reboza en tu vida. Recuerda lo que dice el Salmo 23; “mi copa está rebozando”.

El apóstol Pablo escribió en Filipenses 4:4,5 “Alégrense siempre en el Señor. Insisto: ¡Alégrense! Que su amabilidad sea evidente a todos. El Señor está cerca”. ¿Te has dado cuenta que cuando te sientes bien con Dios también te sientes contenta y feliz con los demás? Eso es felicidad verdadera, y se traduce en ser amable en todo tiempo.

Parte III Estrategias Para ser Feliz

A continuación vamos a considerar algunas estrategias que nos pueden ayudar para experimentar esa felicidad tan ansiada.

1. Inicia un diario de la alegría – Consigue una libreta sencilla, de esas que venden en las tiendas de dólar y mantenla cerca de tu cama. Cada noche antes de acostarte anota algunas de las cosas que te hicieron feliz durante el día y por las que te sientes agradecida. Es posible que si no tienes esta disciplina al principio te cueste un poco identificar las razones por las cuales te sientes agradecida, pero mientras más lo practiques más fácil será expresar tu agradecimiento.

2. Memoriza este versículo – “Den gracias a Dios en toda situación, porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús” 1 Tesalonicenses 5:18. Sentirse feliz cuando todo marcha bien es muy fácil, pero cuando las cosas no salen como deseamos o esperamos, es muy difícil sentirse feliz. Memoriza este versículo escribiéndolo en una tarjetita y colocándola en la puerta de tu refrigerador, o en un lugar donde puedas leerlo hasta que lo memorices. Aplica las palabras a tu vida recordándolas especialmente cuando pases por problemas.

3. Aprende a agradecer antes de pedir – Cuando ores aprende a agradecerle a Dios por lo que te va a dar antes de pedírselo. Esto se llama FE y si lo practicas vas a ser una mujer muy feliz porque comenzaras a experimentar la alegría antes de que Dios te conceda lo que le pides.

4. Busca en tu Biblia los versículos que hablan de alegría y felicidad. Subráyalos y escríbelos en una libreta especial, luego cuando te sientas triste busca la libreta y vuelve a leerlos.

Recuerda que la felicidad va unida al espíritu de gratitud y esas dos armas juntas son la herramienta en nuestras manos para disfrutar de ese contentamiento y bienestar que debe experimentar todo cristiano que ama a Jesús. Oremos juntas.

Obsequios: Entregue a cada asistente una tarjetita con un mensaje de felicidad. Puede usar la carita alegre que aparece en el programa y colocar un imán por detrás de la tarjeta.

Alimentos: Dependiendo la hora en la que se presente el programa pueden tener un refrigerio sencillo que conste de galletas saladas, o chips con una salsa, y una bebida refrescante si el clima lo permite. Otra idea puede ser bizcochitos (cupcakes) a los que se les dibuje una carita alegre con nevado.

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Modelo para los bizcochos                                                                              

   

 

 

 

 

 

 

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