“La oración es la respuesta a cada problema de la vida. Nos pone a tono con la sabiduría divina que sabe cómo ajustar todo perfectamente. A menudo no oramos en ciertas situaciones porque desde nuestro punto de vista el caso no tiene esperanza. Pero nada es imposible para Dios. Nada está tan enredado que no pueda remediarse:
- Ninguna relación humana es demasiado precaria para que Dios no pueda traer reconciliación y comprensión.
- Ningún hábito está demasiado arraigado que no pueda vencerse.
- Ninguno es demasiado débil que ´no pueda fortalecerse.
- Ninguno puede estar demasiado enfermo que no pueda sanarse.
- Ninguna mente es demasiado ignorante que no pueda ser brillante.
Si confiamos en Dios cualquier cosa que necesitemos nos la dará. Si algo nos está causando preocupación o ansiedad, dejemos de pensar en ello y confiemos que Dios nos dará sanidad, amor y poder”.
Elena de White Review and Herald, Oct. 1865