Una araña trataba de tejer una tela sin saber que con su acción estaba influyendo en el corazón de un rey abatido. El rey Roberto Bruce de Escocia, estaba afrontando series dificultades. El rey de Inglaterra, con sus poderosos ejércitos lo había vencido seis veces y su ejército estaba totalmente debilitado.
El rey estaba escondido en una modesta casa de campo. Había perdido toda esperanza de rehabilitación. Mientras descansaba en un escondite en una mañana lluviosa, miró hacia arriba y alcanzó a ver sobre las vigas del techo a esa araña tejiendo su tela. Al observarla, notó que seis veces la araña quiso tender su tela entre una viga y otra, pero siempre el hilo principal se caía. Sin embargo, en el séptimo intento la raña venció y pudo asegurar y tender todos los hilos de su tela.
Al ver la constancia de la araña, el rey se reanimó. Se levantó y dijo: “Yo también lo intentaré por séptima vez”. Salió de su escondite, organizó a sus soldados, libraron la batalla y lograron vencer a los ingleses.
Darnos por vencidos frente a las dificultades es aceptar el fracaso y ser aplastados por él. Pero a menudo el probar una sola vez más puede significar la conquista del éxito. ¿Te sientes desalentada, impaciente? En tal caso, si haces un esfuerzo adicional, un intento más puede asegurarte la victoria. Si nuestros sueños e ideales guardan proporción con nuestras capacidades personales, no hay razón para temerle al fracaso. Recuerda lo que dijo Jesús en Mateo 24:13 “El que persevere hasta el fin, éste será salvo”.
Estas palabras aluden tanto a la conducta de la vida como al estado del corazón. Perseverar en el esfuerzo, en el correcto proceder, y especialmente en la fe puesta en Dios. Este es el camino que transitan los verdaderos triunfadores. Así lo confirma la constancia de la araña que no se dio por vencida.