Conducir los niños a Jesús es la más grande y noble tarea que el cielo ha encomendado a su iglesia. Hoy más que nunca se necesita especial atención hacia los niños, de manera que ellos como los miembros más pequeños de la grey puedan crecer en el conocimiento de la salvación que proviene de Cristo Jesús.

Mediante los programas auspiciados por el Ministerio Infantil, la iglesia estará contribuyendo con el desarrollo del fundamento cristiano que debe iniciarse en el hogar, reforzarse en la escuela cristiana y consolidarse en la iglesia.

¿Por qué necesita la Iglesia el Ministerio Infantil?

1. Porque los niños son importantes para Dios y espera que los acerquemos a Él (Mateo 19:14)

2. Porque los niños tomaron parte activa en el ministerio de Jesús (Mateo 18:5) y así nos dan un ejemplo de lo que debemos hacer.

3. Porque los niños tienen necesidades muy específicas que deben ser atendidas por la iglesia.

4. Porque hay un plan divino para que ellos cumplan:

“Cuando las inteligencias celestiales vean que los hombres no presentan más la verdad en su sencillez, como lo hizo Jesús, los mismos niños serán movidos por el Espíritu de Dios y saldrán a proclamar la verdad para este tiempo”. (Eventos Finales 210)

5. Porque en los niños están representados los herederos del reino de los cielos.

6. Porque hay que cultivar la mente de los niños con las verdades del Evangelio.

7. Porque los niños están incluidos en las profecías de la tierra nueva (Isaías 11:6)

8. Porque los niños tienen capacidades que serán usadas para la predicación del Evangelio en la hora final del mundo:

“El cielo ve en el niño al hombre, o la mujer no desarrollado aún, dotado de capacidades y poderes que, guiados y desarrollados correctamente, con sabiduría celestial, llegarán a ser los medios humanos por los cuales obrarán las influencias divinas, para que colaboren con Dios”. (Consejos sobre la Obra de la Escuela Sabática, 138,139).

9. Porque la Biblia ordena que los niños sean instruidos (Efesios 6:4).

10. Porque en los primeros años de la vida de un niño se coloca el fundamento de su vida futura (Proverbios 22:6).