“Pero el día del Señor vendrá como ladrón, en el cual los cielos pasarán con gran estruendo, y los elementos serán destruidos con fuego intenso, y la tierra y las obras que hay en ella serán quemadas” –2 Pedro 3:10.
En el año 2005, estando viviendo en la Florida, decidimos junto con mi esposa pasar un huracán en nuestra casa. Siempre, cuando teníamos las noticias que se acercaba uno, o no estábamos en la casa, o simplemente en el último momento se desviaba a otro sitio. Pero ese año, cuando me jubilé y no teníamos que viajar, hicimos con mi esposa el plan de que íbamos a estar para ver al huracán “Katrina” que iba directo hacia nuestra ciudad. Junto con los vecinos estábamos haciendo preparativos para recibirlo. Yo estaba pendiente de los anuncios que hacían los canales de televisión y me avoqué a preparar la casa para recibir los embates de la madre naturaleza. Compré madera para las ventanas y puertas, hice provisión de linternas, de baterías, de agua y de todas las cosas que se nos aconsejaban que tuviéramos.
Hubo algo que me llamó poderosamente mi atención y era que para cada cosa que yo quería comprar había filas interminables con personas que estaban aceptando las indicaciones de que se debía hacer preparativos para recibir el huracán. Mientras los vecinos se preparaban con mucha determinación para la tormenta pensé: ¿Por qué la gente se toma tan en serio las advertencias que da la oficina meteorológica, y sin embargo rehúsan en forma obstinada escuchar las advertencias de Dios? En Su Palabra, Dios nos ha dicho que sobre el mundo vendrá un desastre mucho mayor. La Biblia dice: “Pero el día del Señor vendrá como ladrón, en el cual los cielos pasarán con gran estruendo, y los elementos serán destruidos con fuego intenso, y la tierra y las obras que hay en ella serán quemadas” (2 Pedro 3:10). Ese es el texto que te presento hoy es una advertencia de parte de Dios para que estemos listos y preparados pues Él vendrá por segunda vez a esta tierra y su venida será precedida por muchos acontecimientos naturales.
Quiero decirte que el huracán llegó y lo pasamos en nuestra casa. La experiencia fue muy aterradora pues todo lo que se nos dijo pasó; los vientos fueron muy fuertes, la luz eléctrica falló y no vino por varios días. Muchos de los vecinos tuvieron daños en sus propiedades. A unos se les fue parte del techo, a otros se les dañaron algunas ventanas, algunos perdieron sus cercas o árboles. En otros lugares del país, a pesar de las advertencias, muchas personas murieron y miles quedaron sin hogar.
Sí, ese temido día se acerca. Vendrá como dice la Escritura: “como ladrón”. El ladrón no avisa cuando va a llegar, sin embargo, éste si lo hace. Nos da indicaciones, nos presenta advertencias, nos llama a la reflexión y por nuestras obras pareciera que no nos preparamos para ese gran acontecimiento.Todos las cosas que están pasando me indican que el “día del Señor vendrá” y mi pregunta para ti es ¿estás preparado? Si hacemos tantos preparativos para recibir un huracán por las advertencias que nos dan los meteorólogos con más razón debemos hacerle caso a las advertencias que nos ofrece Dios.Te invito hoy a que tomes conciencia de esta advertencia “Pero el día del Señor vendrá”.