Los largos meses del invierno están llegando a su final. Oficialmente el 21 de marzo debe terminar el invierno para dar paso a la primavera la cual esperamos ansiosamente porque este año el frío ha sido muy intenso. Durante meses hemos estado privados del hermoso sol, y los días nublados y lluviosos nos han hecho tener que permanecer en casa para evitar los resfriados característicos de esta temporada.
Hoy al dar una caminita por el jardín pude notar que los brotes de los tulipanes y las flores que llegan con el inicio de la primavera ya se están asomando. La naturaleza también se está preparando para florecer y eso me alegra el corazón y me da mucha esperanza. Acá en el norte las amas de casa se preparan para recibir la primavera haciendo una limpieza que incluye sacar toda la ropa que se usó durante el invierno para guardarla. Algunas de esas ropas se regalan porque cuando llegue el próximo invierno seguramente ya no podrán ser usadas, pero otras se guardan bien para volver a usar. También los abrigos, guantes, bufandas, botas y todo lo que se necesita para el invierno será guardado.
La primavera con su brisa suave y con las flores hace que las personas se sientan con entusiasmo y deseos de realizar diferentes actividades. Es la época para plantar bellas flores que adornarán los jardines, y la fragancia de las mismas perfumarán el ambiente llenando nuestros corazones de gratitud al Señor. Ya me estoy preparando para la limpieza de primavera y espero que también pueda limpiar y organizar mi vida espiritual de manera que todo lo que ya no me sirve salga para dar paso a lo nuevo que el Señor me dará el resto del año.
Mientras llegan los días primaverales, agradecemos a Dios por el invierno y por las oportunidades de meditar tranquilamente dentro del calor de nuestro hogar en el gran amor de Dios y en sus bondades para con todos nosotros.