Nos acercamos velozmente a los días finales del año 2013. Pronto estaremos reunidos con familiares y amigos celebrando la Navidad y disfrutando de los alimentos propios de la época. Seguramente en muchos hogares ya los adornos navideños han sido colocados y los regalos están envueltos esperando el día para compartirlos con nuestros seres amados. Ciertamente la navidad es una época muy especial, pero en realidad me pregunto: ¿entendemos el verdadero sentido de la navidad?
Quiero hacer mención de una declaración que arroja mucha luz al respecto. “Se dice que el 25 de diciembre es el día en que nació Jesucristo, y la observancia de ese día se ha hecho costumbre popular. Sin embargo, no hay seguridad de que estemos guardando el día preciso en que nació nuestro Salvador la historia no nos da pruebas ciertas de ellos. La Biblia no señala la fecha exacta” (Hogar Cristiano 434).
Aunque no sabemos la fecha exacta la oportunidad que nos brinda esta ocasión puede y debe ser aprovechada para llamar la atención hacia el acontecimiento que marcó la historia de la raza humana. El nacimiento de Jesús fue el cumplimiento de una promesa hecho por el mismo Dios a la raza humana perdida en el pecado. Con su llegada como ser humano estableció un puente de relación entre el cielo y la tierra. Su presencia entre los hombres fue la más grande bendición que la humanidad haya recibido, y aunque muchos no lo reconocieron y todavía no lo reconocen gracias a ese acto de amor hoy podemos tener acceso a la salvación. Su llegada al mundo, su vida sin pecado y su victoria sobre la muerte nos aseguran un futuro eterno.
¡Gracias al cielo por el regalo de la Navidad! ¡Gracias a Jesús por venir a rescatarnos!
Celebremos con nuestras familias este maravilloso acto de amor cuando la majestad del cielo se envolvió en un sencillo pañal y durmiendo en un humilde pesebre, abrió el camino hacia el cielo para todos aquellos que aman y obedecen al que un día vino como niño y que pronto vendrá como Rey de Reyes y Señor de Señores.
Muchas felicidades en esta Navidad,
Evelyn Omaña