“Querido hermano, oro para que te vaya bien en todos tus asuntos y goces de buena salud, así como prosperas espiritualmente. 3 Juan 2
Comenzar un programa pro salud y aptitud física – y mantenerse en él – puede convertirse en un gran desafío. Para cumplirlo con éxito, uno debe ante todo, hacer el compromiso de ¡ponerse en forma!
Los seres humanos somos criaturas de hábitos, resistentes al cambio. Adoptar un nuevo estilo de vida requiere romper con hábitos arraigados, como también forjar nuevos con los cuales no estamos familiarizados. Muchos fracasan al primer intento, sólo porque basan su decisión en el entusiasmo del momento, no en un compromiso disciplinado.
Cuando se te haga difícil continuar (lo cual ocurrirá) y la efervescencia emocional se desvanezca (lo cual también ocurrirá), la fuerza de tu compromiso te ayudará a perseverar.
Decide que serás una persona de palabra; tu reputación está en juego. Anota tu resolución y colócala en varios lugares donde la puedas ver de continuo. Pide que la fuerza divina te asista. Recuerda que tu cuerpo es templo del Espíritu Santo. A medida que fortalezcas tu cuerpo físico, el propio Espíritu podrá comunicarse mejor contigo, en forma espiritual. El Señor ha prometido su poder a todos los que se lo pidan. Cuando te parezca imposible o difícil seguir, pide y reconoce la compañía de la Presencia divina. Reclama la promesa de Dios, mencionada en Jeremías 30:17…”yo te restauraré y sanaré tus heridas”.
Pide a otros que te ayuden a mantener tu palabra. Comparte tu decisión. Cuando se presente dificultades, es más fácil romper las decisiones que se mantienen en secreto, que las que se han compartido públicamente. Uno no quiere defraudar a los demás.
¿Qué más se necesita para mantener en pie un compromiso de esta clase? A continuación se mencionan algunos elementos esenciales:
Ten un plan definido, pero evita la inflexibilidad.
- Proponte objetivos iniciales moderados; plantearse metas demasiado estrictas o inalcanzables te predisponen al fracaso.
- Convierte tu plan en parte de tu vida diaria.
- Proponte como blanco moderación y equilibrio en tu rutina de ejercicios.
- Espera que tu progreso sea gradual. Si demoraste años en perder la forma, demorarás algunos meses en recuperarla.
- Disfruta del proceso, no tan sólo de los resultados.
- No te exijas demasiado. Los viejos hábitos tardan en desaparecer.
- Controla tu progreso regularmente, pero no te obsesiones.
- Sigue la regla del 90% en vez de la del 100%. Trata de cumplir con siquiera el 90% de tu propósito; pues es preferible aflorar un poco el paso, que hundirse del todo en el fracaso.
- Reconoce lo que debes reconocer: ¡darle gracias a Dios por tu éxito!.
¿Qué cambios en tu estilo de vida te gustaría hacer este año, para ayudarte a ser la persona que realmente quieres llegar a ser? Hoy es un gran día para poner ese plan en marcha seriamente.