Un cachorro estaba afanado tratando de agarrar su propia cola. Pasó por allí un perro viejo y sabio, y al verle tan desesperado, le preguntó:
– ¿Qué estás haciendo que te veo tan afanado en esa especie de gimnasia tan imposible?
– Me han dicho que la felicidad está en mi cola. Si consigo atraparla, seré feliz.
El perro sabio le miró con mansa comprensión y le dijo:
– Es cierto que la felicidad está en la cola. Por eso, yo hago lo que tengo que hacer y voy donde tengo que ir y ella siempre me sigue.
Muchas personas van por la vida buscando la felicidad y no la encuentran porque la buscan en los lugares equivocados.