Si usted lee la primera plana del SF Chronicle, encontrará la historia acerca de una ballena hembra que fue estrangulada por las cuerdas de una red para atrapar cangrejos. La ballena quedó casi totalmente imposibilitada de flotar a causa de los cientos de libras que pesaban las cuerdas que formaban la red y las cuales le limitaban los movimientos. Además tenía cientos de hilos enredados alrededor de su cuerpo, su cola, el torso y también en la boca.
Un pescador la vio mientras navegaba por los alrededores de las Islas Farralone (en la parte de afuera del Golden Gate) e inmediatamente envió un mensaje a un grupo de ambientalistas para solicitarles su ayuda. En pocas horas, el equipo de rescate llegó al lugar y revisaron la situación para ver cuán difícil sería la tarea. Se dieron cuenta que la única forma de desenredar la ballena era nadando hasta donde ella se encontraba y poco a poco ir quitando los nudos que la tenían presa. Por supuesto esta sería una muy difícil y peligrosa tarea, pues con solamente un aletazo del animal el rescatador podría morir.
El equipo de rescate trabajó por muchas horas utilizando cuchillos curvos y filosos hasta que lograron finalmente liberarla. Uno de los rescatistas dijo que tan pronto la ballena se vio libre comenzó a danzar con movimientos circulares que denotaban su alegría. Luego fue acercándose uno a uno de los rescatistas, y con mucha suavidad rozaba su cuerpo contra el de cada uno de ellos para demostrarles de esa forma su agradecimiento. Algunos de los hombres dijeron que aquello había sido una de las experiencias más maravillosas que hayan vivido en su vida.
El hombre encargado de cortarle la cuerda que le tenía amarrada la boca dijo que la ballena lo estuvo mirando fijamente a los ojos durante todo el tiempo. “Esa fue una experiencia que nunca olvidaré” – añadió.
Qué bueno sería que usted, y todos aquellos a quienes usted ama, fueran tan bendecidos y afortunados de estar rodeados de personas que están dispuestas a ayudar cuando las cosas de la vida nos enredan y no nos dejan mover. Ojalá que siempre podamos sentir el gozo de ayudar y el buen espíritu de agradecer a aquellos que nos ayudan.