El tema que vamos a tratar no es precisamente el de mi preferencia ni uno de los que a cualquier orientador familiar le gustaría escribir. La infidelidad matrimonial está considerada como uno de los enemigos más frecuentes del matrimonio. Noche tras noche y día tras día se ve en la televisión programas con escenas donde los hombres a las mujeres mantienen relaciones con varias parejas a la vez y todo parece que marcha muy bien. Se publican revistas donde se exalta y pondera al hombre que tiene varias mujeres y la sociedad misma educa al varón con esta mentalidad. En algunas películas las relaciones clandestinas salen tan bien que pareciera que se siente mayor felicidad cuando se tiene una aventura fuera del matrimonio que cuando se vive con una sola pareja.Cuando Dios expresó en su santa ley el mandamiento que dice: “No adulterarás”, no lo hizo porque deseaba privarnos de una experiencia que nos produjera gozo o para librarnos de las enfermedades que la promiscuidad sexual produce. Lo hizo porque la infidelidad es un cáncer que carcome la felicidad, la paz y el bienestar de la familia.
I. La Infidelidad vista desde la perspectiva bíblica: En el libro de Proverbios 6: 27-33 se declara que la promiscuidad sexual es prohibida por Dios y destructiva para el matrimonio. Notemos que los versículos 32 y 33 establecen que la persona infiel: a. Está falta de juicio – ha perdido la razón b. Se destruye a sí misma c. Trae vergüenza a los suyos d. Nunca se olvida su falta
El Dr. Enrique Chaij en su libro Dicha y Armonía en el Hogar relata un incidente curioso que puede servirnos de reflexión: “Cierta revista extranjera contaba un hecho verídico que de algún modo ilustra la condición moral de nuestra sociedad. Se trataba de un hombre que llegó enfurecido a la puerta de un teatro, con revolver en mano, buscando a su esposa, quien había entrado al lugar acompañada de otro hombre. El portero quiso persuadirlo para que no entrara a la sala de espectáculos, sino que esperara hasta el fin de la función para luego encontrarse con su esposa a la salida. Pero al no poder convencerlo, el gerente del teatro hizo anunciar por los altavoces que si en la sala había alguna mujer acompañada por un hombre que no fuera su esposo, que huyera por la puerta lateral, porque en ese momento un hombre airado entraba a buscar a su esposa con un revólver en mano. El relato termina diciendo que 19 parejas huyeron por esa puerta de emergencia”.
Muchos se estarán preguntando qué es lo que causa este terrible flagelo de la infidelidad. Pudiéramos enumerar infinidad de causas que lleva a una persona casada a cometer el acto de infidelidad, pero resumiremos en tres opciones generales lo que considero más frecuentes en los matrimonios de hoy.
En realidad la persona que cae en una situación de infidelidad matrimonial lo hace: a. Porque desea buscar una aventura – le cansa la rutina, está aburrida b. Porque busca una ilusión de un nuevo romance – piensa que con otro las cosas serán diferentes y tendrá la felicidad que tanto busca y que aun no encuentra c. La verdadera razón es que en una pareja cristiana cuando se presenta la infidelidad hay un alejamiento de Dios de tal manera que importa más lo carnal que lo espiritual.
Hay quienes argumentan que buscan otros intereses afectivos porque: a. Les falta armonía en la vida íntima b. Necesitan más amistad con su conyugue c. Se desvaneció el atractivo físico d. Se cansaron de los defectos de carácter de su pareja
Cualquiera de estas razones nos pueden llevar a concluir que aquella persona que prometió fidelidad ante el altar con el correr del tiempo pensó egoístamente solo en sí mismo y fue tras la búsqueda de algo que pensó le produciría placer pero terminó siendo un calvario y sufrimiento.
II. En las redes de la infidelidad La infidelidad puede presentarse en cualquier momento o etapa de la vida matrimonial y bien puede atacar tanto al esposo como a la esposa. Presenta algunos síntomas fáciles de detectar aunque en la mayoría de los casos pasan por inadvertidos hasta que ya el problema se ha vuelto crónico.
a. Comienza como algo vago –imperceptible, parece imposible b. Se mantiene en silencio – nadie debe saberlo c. Produce emociones excitantes – se siente algo nuevo, diferente d. Enceguece la razón – no se piensa en nada ni en nadie e. Desata la pasión – se cometen actos indebidos, atropellos
Si bien es cierto que la tentación siempre está al acecho y hay situaciones muy comprometedoras que si no se manejan correctamente pueden conducir a un adulterio (otra persona viviendo en la casa, conversaciones sobre la intimidad con terceras personas, etc.) es importante hacer notar que en aquellos hogares donde esta situación se presenta se observan ciertas carencias que resultan muy favorables para iniciar una relación de infidelidad. Entre ellas se encuentran.
a. Falta de responsabilidad matrimonial – no había madurez, ni compromiso. b. Falta de fidelidad afectiva – las expresiones físicas de afecto son necesarias c. Pureza mental – lo que hay en la mente rige las acciones
III. Plan de Acción ante la infidelidad Para aquellas personas que han estado viviendo una situación de infidelidad no es fácil aceptar la situación y seguir al lado de la pareja ya que de las faltas cometidas dentro del matrimonial la que más destruye la relación matrimonial es el adulterio pues se afecta la confianza y la credibilidad. Esto es así porque es considerado una traición a los votos, una humillación a la pareja y un abandono y desvalorización del ser que fue nuestro compañero. Tanto en el caso de los hombres como en el de las mujeres tomar el asunto de la infidelidad en consideración produce reacciones muy variadas. Es más fácil para una mujer perdonar la infidelidad de su esposo.
Aún así es bueno conocer que existe un plan estructurado en función a ciertas recomendaciones que podrían ser de gran valor en el proceso de enfrentar la infidelidad. Veamos en qué consiste en plan. Quiero mencionarles que los principios de este plan fueron diseñados por el Dr. Dobson quien lleva muchos años como consejero cristiano.
a. Ore – La oración es un bálsamo, es poder para resistir, es calma ante el problema. b. Reaccione – Usted debe reaccionar y provocar una reacción en la pareja. Si se deja pasar el tiempo la relación se seguirá deteriorando. El cónyuge infiel debe saber que no debe continuar con ambas situaciones. Enfrentes las consecuencias de esa infidelidad en el hogar. c. Clarifique los límites – Exprese hasta dónde usted va a tolerar la situación. Con esto usted demostrará que se le debe respeto. d. Sea discreto – Seleccione cuidadosamente sus palabras de manera que no hable más, ni hostigue con sátiras, reclamos o insultos. Esto generalmente no produce cambios en la actitud de la persona infiel. e. No ruegue – No busque al que se ha ido. Cuando necesite hablarle hágalo en forma natural y sin presionar. No asuma la posición de una víctima ni trate de justificar con ruegos lo sucedido. f. No lastime – Aunque usted no lo crea hay muchos sentimientos a flor de piel en una situación como esta de manera que los chismes y comentarios falsos hacen mucho daño. g. Analiza la situación – No te hagas la ciega ni niegues la realidad, no tengas miedo de perder la pareja si le haces algún reclamo. h. Sea sincero con su pareja – No le oculte lo que siente.
Conclusión: En el plan original de Dios para la pareja la infidelidad no estaba contemplada. Cuando Dios les ordenó dejar padre y madre y ser una sola carne estaba expresando el deseo de que entre los esposos no hubiera nada ni nadie que los separara. Aunque la infidelidad se levanta como sombra amenazadora en miles de hogares, Dios puede ayudarles a revitalizar la relación matrimonial. El secreto está en aceptar el perdón que Dios ofrece y hacer un cambio en la conducta. Los brazos de Dios siempre estarán abiertos para aquellos que desean comenzar de Nuevo.