Lo cierto es que el tema en cuestión genera mucha discusión y hay ocasiones en los que dicha discusión se torna acalorada, ya sea porque alguna madre siente que sus hijos deben ser lo más importante y que si no es así ella sentiría que su corazón se desgarra. Por otro lado más de un caballero ha manifestado con palabras fuertes que aquellas mujeres que atienden más a sus hijos que a los esposos están en peligro de perderlos. Mi intención en esta oportunidad no es defender la posición de ninguno de los dos bandos, pero sí, dejar a la consideración del lector algunos asuntos que se relacionan con este tema. No se sienta frustrada si usted ha hecho de sus hijos el centro de su vida; muchos antes y después de usted lo han hecho, pero si pudiéramos tener una estadística digna de confianza sería bueno saber cuántos matrimonios se han visto afectados por esta situación. Tal vez, parte de lo que justifica este patrón de conducta proviene de que la dinámica que vive la familia de hoy es totalmente diferente a la varias décadas anteriores. Nuestros padres y abuelos se dedicaban más tiempo a la relación de pareja. Pasaban más tiempo juntos y mamá siempre estaba en casa atendiendo los menesteres del hogar y los niños de manera que cuando papá llegaba ella disponía de tiempo para estar con él. Era muy lógico escuchar a la mamá decirle a los niños que se fueran a jugar al patio porque papá necesitaba tomar un corto descanso.
En un artículo publicado por la revista Selecciones dice que “las puertas de la alcoba se cerraba y la cama paterna era sagrada. La sexualidad era un secreto entre adultos, que la pareja disfrutaba confiando en que los niños no entrarían sin llamar a la puerta. Ahora, los padres no tienen tiempo para la intimidad porque se han excedido en sus atenciones para con los hijos”. Ahora en nuestro tiempo la llegada de los hijos ha traído mayor complicación y requiere mucho más de los padres por diversas razones. Hoy día ambos padres trabajan lo cual priva al niño de las atenciones naturales que debe recibir y los padres tratan de compensar esa falta de tiempo descuidando su relación matrimonial para dedicarles más tiempo a los niños. La educación de los hijos es cada vez más demandante y esto ha llegado a tal magnitud que con frecuencias los padres de hoy al llegar a casa del trabajo, se tienen que sentar con sus hijos a hacer la gran cantidad de tareas escolares que les asignan a sus hijos. Podríamos seguir analizando otros factores que han hecho que la relación de pareja se descuide, sin embargo, vamos a trabajar en darle un equilibrio a estas dos grandes áreas de la vida familiar para que ni los hijos, ni la relación matrimonial se afecte, pues ambas son de gran importancia.
Estrategias que equilibran Aparte aunque sea un corto tiempo para conversar con su cónyuge. Puede ser durante la sobremesa, mientras bañan los niños, o limpian la cocina, o tal vez antes de dormir. Algunos aconsejan que deben planificar pasar un fin de semana al año fuera de casa sin los niños (¿se atreven probar?).
Enseñe a sus hijos que cuando ustedes están conversando no deben ser interrumpidos. Los niños se hoy se sienten dueños de todo inclusive de nuestro tiempo y reclaman atención total. Ellos deben aprender que a mamá o papá también hay que atenderle cuando quiere conversar.
Si usted asiste a una iglesia y hay programas para el enriquecimiento de la relación matrimonial no deje de aprovechar esa oportunidad. No se queden en su casa pensando que no hay quien atienda los niños. Haga cualquier esfuerzo posible para buscar una ayuda de confianza y demuéstrele a sus hijos que el tiempo para ustedes es importante.
Habrá ocasiones en las que las actividades de los niños tendrán que ser suspendidas porque los padres necesitan atender sus propias actividades. No se sienta que está actuando con egoísmo. Los niños deben acostumbrarse a saber que no siempre se les puede complacer en todo. Si papá no se siente bien para ir a la fiesta de cumpleaños, o si mamá estuvo muy atareada y necesita un descanso, el partido de pelota, o la visita a casa de la amiguita de su hija, no se podrá realizar. Los padres también necesitan tiempo.
Los hijos son nuestra gran responsabilidad, pero en ningún momento debemos asumir una conducta super complaciente que estimule en ellos el egocentrismo que por naturales tienen. Ellos necesitan aprender temprano en la vida que los padres están para cuidarlos, amarlos, protegerlos y darles lo que ellos necesitan, pero eso no debe ser una tarea que esclavice o dañe la relación matrimonial.
De todas formas piense con honestidad la respuesta a esta pregunta: ¿Cómo comenzaron ustedes la vida matrimonial, solos o con los hijos? Pues de esa misma forma la van a terminar, así que no descuiden su matrimonio.