“Entonces Jonás oró al Señor su Dios desde el vientre del pez”. Jonás 2:1
Un día mientras caminaba por la cochera de mi casa, despúes que mi hijo salió para su trabajo, escuché un aleteo dentro de una caja vacía. Me acerqué con curiosidad para investigar lo que producía el sonido y descubrí a un pajarito, que golpeaba sus alas contra las paredes de la caja mientras intentaba salir. Si no hubiera aleteado y hecho ruido yo nunca lo hubiera escuchado. Pero su desesperación me hizo levantar la caja y el ave voló hacia la libertad.
Aquel pájaro estaba en un lugar extraño para un ave, al igual que el profeta Jonás. En un abrir y cerrar de ojos se encontró en un lugar muy extraño para un ser humano. Por causa de su desobediencia, había sido arrojado al mar, tragado por un monstruo marino y atrapado en su vientre. Aunque Jonás, estaba allí por su culpa, Dios también estaba allí para escuchar su oración. Y cuando él en su desesperación confesó su falta y clamo por perdón, Dios lo libró.
Las hijas de Dios a veces se meten en lugares extraños y en circunstancias difíciles debido a su necedad. ¿Estás hoy en un lugar extraño? ¿Estás fuera de la comunión con el Señor, derrotada e infeliz? Entonces clama a Dios, confiesa tu pecado, y serás restaurada por medio de su abundante misericordia. Dios espera escuchar tu más leve clamor para aceptar tu arrepentimiento.
Tal vez hoy estés en un lugar extraño, devido a tus decisones equivocadas, pero el Señor está contigo esperando escuchar tu clamor. No esperes otro día. Aunque esté en el lugar erróneo, Dios siempre tiene la respuesta correcta.