En el Salmo 23:3 David afirma: “confortará mi alma” lo que resulta una ilustración excelente para identificar lo que hace un pastor por las ovejas. Las ovejas están hechas de tal manera que, si caen de costado o sobre sus lomos, les es muy difícil volver a levantarse. Agitan las patas en el aire, balan y  berrean. Después de unas horas en esa posición, se les llena de gas el estómago, se endurecen, el paso de aire se interrumpe y, finalmente, mueren asfixiadas.

A esto es a lo que se hace referencias cuando se habla de la posición de “abatida” en las ovejas. Cuando un pastor restaura una oveja abatida, la tranquiliza, le masajea las patas para restablecer la circulación, y gentilmente, le da vuelta, la levanta y la sostiene para que pueda recuperar el equilibrio.

¡Qué ilustración de lo que Dios quiere hacer por nosotros! Cuando estamos boca arriba, agitados por la culpa, el dolor o las rencillas, nuestro amoroso Pastor nos tranquiliza con su gracia, nos levanta y nos sostiene hasta que recuperamos nuestro equilibrio espiritual.

Si hoy estás abatido por alguna razón, Dios es el único que puede ayudarte a ponerte de pie otra vez. Él restaurará tu confianza, tu gozo y tu fuerza. Recuerda que los débiles y desamparados están bajo el cuidado especial del Buen Pastor.