Todas las tardes de lunes a jueves llevamos a nuestro nieto Ian a la biblioteca para que haga sus tareas y para ayudarle un poco con la lectura y la matemática. El tiempo que pasamos allí es muy agradable porque es tranquilo y le permite al niño concentrarse en el estudio con más facilidad.
En el trayecto de ida y venida a la biblioteca vamos conversando sobre diferentes asuntos, y yo trato de responder a las preguntas infantiles que surgen en su mente. Tal vez a eso se deba que cuando le preguntan a los niños, ¿qué son los abuelos? Ellos responden: “los abuelos son personas con el cabello blanco que contestan todas nuestras preguntas”. Soy una convencida que ese tiempo donde le prestamos a los niños toda la atención es muy valioso para ellos, pero también es para nosotros de gran valor porque nos permite saber lo que piensan y lo que les inquieta. Es una excelente oportunidad para aclarar dudas, corregir la información incorrecta que hayan recibido, y para afianzar en ellos los principios bíblicos.
Esta semana mientras conducíamos de regreso a la casa, el niño me preguntó:
- “Abuela, ¿sabes lo que son palabras de sabiduría?
- Sí, le contesté. Son palabras que producen una buena influencia en nosotros.
Entonces el niño nos dijo:
- “Les voy a compartir una palabra de sabiduría”.
El abuelo y yo nos miramos esperando escuchar la palabra de sabiduría. Debo confesar que estaba lista para escuchar alguna declaración infantil relacionada tal vez con algo de poca importancia. Pero de todas formas pensaba agradecerle y contestarle las preguntas que pudieran surgir. Sin embargo, sucedió todo lo contrario porque el niño con voz muy suave dijo:
- “Hay personas que hacen cosas grandes, pero hay quienes con cosas pequeñas hacen cosas grandes e importantes”.
Seguramente ustedes se han sorprendido tanto como lo hicimos nosotros. Después de un corto silencio me animé a decirle:
- Ian, esas son verdaderas palabras de sabiduría. Me estás haciendo recordar a Salomón con sus proverbios.
- Abuela, es de la sabiduría de Salomón de la que estoy aprendiendo.
- ¿Me puedes explicar lo que significa eso que has dicho? – le pregunté.
- Mira, abuela hay personas que hacen cosas grandes como por ejemplo llevar la correspondencia a las personas a sus buzones para que reciban noticias importantes, pero hay quienes hacen cosas tan pequeñas como pasear y acariciar un perro y eso también es importante.
Sonreímos asegurándole que tenía toda la razón y lo animamos para que siempre intentara hacer cosas grandes y pequeñas para servir y ayudar a otros. Ya de regreso a nuestra casa le pedimos a Dios que nos ayude a contestar con sabiduría las preguntas de nuestros nietos y que nos permita ser para ellos los oídos que están prestos para escuchar sus pensamientos e inquietudes mientras van creciendo. Grcias Dios por nuestros nietos.