Estoy segura que muchos de los padres que lean este artículo se identificarán conmigo al recordar los momentos difíciles que pasaron con sus hijos durante esas noches en las cuales su sueño se vio interrumpido por la presencia de sus hijos que decían tener un “sueño malo” que los asustaba.
Todos sabemos que el sueño es fundamental para el desarrollo armonioso de los niños. Cuando los niños duermen el tiempo requerido para su edad están más alerta, se comportan mejor y tienen una memoria más despierta. Por el contrario cuando los niños no duermen suficiente su comportamiento se ve afectado y su desarrollo igualmente.
Existen diferentes criterios en cuanto a las horas de sueño que los niños deben dormir, pero la mayoría de los pediatras afirman que los niños de 1 a 3 años deben dormir por lo menos de 12 a 14 horas, cuando están de 3 a 5 años el promedio debe ser de 11 a 13 horas, mientras que cuando tienen entre 7 y 12 años de 10 a 11 horas y de los 13 a los 18 se espera que las horas diarias de sueño sean de 8 a 9 (aunque la mayoría quieren dormir por muchas horas más).
Gran parte del éxito para que los niños adquieran esas horas de sueño requeridas está en la necesidad de que los padres se encarguen de crear en los niños hábitos adecuados para el sueño. La palabra clave para lograr esta meta es RUTINA. Cuando se tiene una rutina que incluya varios pasos que favorecen el descanso de los niños, éstos estarán mejor equipados para tener una buena salud. Algunos de los puntos que deben tomarse en cuenta son los siguientes: – La cena debe ser liviana y temprana; por lo menos unas cinco a seis horas antes de ir a la cama. – Un baño con agua caliente favorecerá el relajamiento de los nervios antes de ir a dormir y cepillarse los dientes. – Usar ropa cómoda y apropiada para dormir. La ropa muy ajustada puede ser un elemento que perturbe el sueño. – Revisar la temperatura de la habitación y evitar ruidos que interrumpan el sueño
Las famosas “Pesadillas, o Sueños Malos” Entre los factores que hacen que los niños se despierten de noche están las pesadillas. Estas aparecen alrededor de los 3 años porque los niños a esta edad ya tienen una imaginación expandida y están más conscientes del mundo que los rodea por lo tanto desarrollan temores de que algo malo les puede pasar y esto aparece en sus sueños. Los padres no deben alarmarse pero deben darle atención especial con el fin de corregir la situación y evitar que los niños se despierten con frecuencia buscando compañía.
Algunas de las medidas que pueden los padres tomar cuando esta situación se presenta es la de brindarle afirmación y seguridad a su niño confirmándoles que todo está bien y que nada malo les va a suceder. Uno de los graves errores que muchos padres cometen es el de traer o permitir que el niño duerma en la cama con ellos. Tal vez los padres acuden a esa alternativa porque se sienten cansados y no quieren tener interrupciones ya que al día siguiente tienen muchos asuntos que atender, pero cuando se asume este patrón los padres están reforzando la idea de que en realidad hay algo malo en el cuarto del niño y de que su habitación no es un lugar seguro. Lo más apropiado es colocar al niño nuevamente en su cama y con palabras suaves asegurarle que todo está bien y que en la mañana estarán juntos.
Especialistas que han investigado sobre el tema recomiendan que al día siguiente se le pida al niño que haga un dibujo de lo que soñó y luego decirle que lo rompa en pedazos para dar la idea de que ya no existe el supuesto “monstro”. Otro factor que se debe tomar en consideración es cuidar que las experiencias del día por las que el niño pasa deben ser vigiladas porque ellas pueden tener un impacto determinante sobre esos malos sueños. Si el niño se cayó, se perdió en una tienda, si algo lo asustó, todo esto puede influir y desencadenar esos malos sueños.
Finalmente quisiera compartir algunas ideas que pudieran resultar beneficiosas para aquellos padres que están enfrentando esta incómoda y preocupante situación con el sueño de sus hijos. – Haga de la hora de acostarse una actividad agradable y positiva. Los regaños, los gritos y las peleas antes de ir a la cama hacen mucho daño. – No coloque un televisor en el cuarto de sus hijos. El mirar televisión antes de ir a la cama puede ser un elemento para interferir el sueño de sus hijos pues las imágenes que se observan quedan grabadas en la mente de los niños y tienden a ocasionar trastornos en el sueño. – Evite ser permisivo en lo relacionado con la hora para ir a dormir. Los niños que va a la cama antes de las 9 PM se duermen más rápido, permanecen dormidos por más tiempo y se levantan menos frecuente. – Vigile cuidadosamente los cambios de horario durante los fines de semana. En la mayoría de los hogares hay la tendencia a salirse de la rutina y del horario semanal durante los fines de semana. Aunque la flexibilidad es permitida nunca se debiera permitir a los niños salirse del horario por más de una hora. Esto evitará que vayan demasiado tarde a la cama el sábado y el domingo por la noche y se traducirá en niños soñolientos y con mal humor el lunes en la mañana.