Vivimos en un mundo tan complicado y demandante que las familias modernas a duras penas tienen tiempo para compartir. Para los niños la palabra AMOR se interpreta mediante el TIEMPO que sus padres les dedican. Para los niños lo más importante no es la cantidad de tiempo que pasan con sus padres, sino la calidad porque es esa calidad la que les permite disfrutar al máximo la compañía de sus padres a la vez que éstos tienen la oportunidad de mostrar su cariño mientras les enseñan.
Quizás muchos padres piensan que dedicarle tiempo a la familia requiere de una inversión de dinero, pero en realidad no es así. Con simplemente apagar la televisión por varias horas durante algunos días de la semana, tal vez reducir el tiempo que ocupan en la internet, ya pueden encontrar ese tiempo tan necesario. Con actividades tan sencillas como desayunar juntos en el patio un domingo, rentar una película y verla en familia para luego conversar sobre el contenido, armar un rompecabezas, o salir a comer un helado, la familia estará trabajando por la unidad y la fortaleza de su relación familiar.
Es sorprendente como la familia se desarrolla cuando dedican tiempo para estar juntos. Vale la pena enfatizar que dedicar tiempo para la familia no significa que se saca un rato para estar con ellos y luego se olvidan por el resto del día. Lo correcto es mantener un clima de compañerismo y diariamente buscar oportunidades para compartir actividades que les permitan estrechar sus lazos afectivos. Otro de los beneficios que la familia experimenta cuando toman tiempo para compartir es la oportunidad de afirmar la confianza entre padres e hijos, así como liberar un poco el estrés que afecta a todos los miembros de la familia.
Finalmente si desean conocer mejor a sus hijos y si desean que ellos se sientan más seguros en la compañía de ustedes, lo que necesitan es planificar el tiempo que pasaran juntos.