Mateo 6:25-27 contiene la siguiente declaración: “Por eso les digo: No se preocupen por su vida, qué comerán o beberán; ni por su cuerpo, cómo se vestirán. ¿No tiene la vida más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa? Fíjense en las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en graneros; sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que ellas? ¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al curso de su vida?”
Preocupaciones, preocupaciones, esa es una de las palabras que más pronunciamos en nuestras conversaciones diarias. Nos preocupa la salud, nos preocupan los hijos, nos preocupan las finanzas, nos preocupan los peligros que nos rodean y la lista puede seguir interminablemente. Vivimos tan ansiosos y preocupados que muchas de las cosas lindas que pasan a nuestro alrededor pasan inadvertidas porque toda nuestra atención está centrada en nuestras preocupaciones. Sin embargo, la Biblia en los versículos antes citados nos manda un mensaje que debiéramos tomar en consideración. Seguir con todas esas preocupaciones finalmente no logrará añadir nada bueno a nuestra vida. Necesitamos aprenderé a confiar plenamente en Jesús quien tiene cuidado no solamente de nosotros sino también de todo lo creado.
Esta lección de confianza la he comparado con algo que recientemente encontró mi esposo en uno de los arbustos en nuestro patio. Todos los días entra y sale una hermosa mirla que hizo su nido entre las ramas. Allí están los preciosos pichoncitos que te comparto en la foto. Ellos están resguardados en un lugar muy especial, y Dios ha provisto para ellos mientras crecen todo lo que su madre necesita para alimentarlos. No solamente Dios tiene cuidado de ellos, sino también mi esposo que está muy pendiente del gato del vecino que está siempre de cacería. Esos pichones están tranquilos en el nido y su mamá viene con frecuencia trayéndoles comida. Esto me ha hecho pensar que no necesitamos estar preocupados por nada. Dios lo tiene todo en control y él proveerá para nosotros a su debido tiempo.