“No puede haber verdadera oración sin verdadera fe. Sin fe es imposible agradar a Dios” Hebreos 11:6. La oración y la fe son los brazos por medio de los cuales el alma se abraza dela mor infinito y se toma de la mano del poder celestial.
“Dios no acepta hijos mudos, en lo que a su experiencia con respecto a la verdad se refiere. La fe es un poder activo y dinámico. La fe en Cristo, cuando comienza a manifestarse, se revela mediante la oración y la alabanza”.
“La oración es un alivio y un consuela para el alma perturbada. El alma sincera y humilde que suplica ante el trono de la gracia, puede saber que está en comunión con Dios por medio de los instrumentos divinamente señalados, y tiene el privilegio de comprender qué es Dios para el creyente”.
“Debemos entender cuáles son nuestras necesidades. Debemos tener hambre y sed de la vida en Cristo y por medio de Cristo. Entonces acudiremos a él con humildad y sinceridad, y nos otorgará la fe que obra por el amor y purifica el alma”.