Mucho se ha escrito sobre el papel de la esposa del pastor. El tema ha sido discutido ampliamente desde diferentes puntos de vista. Se ha hablado de la esposa del pastor como esposa, como madre y como líder espiritual en la iglesia donde ella y su esposo trabajan. Posiblemente podríamos escribir una serie de artículos basados en cada una de esas áreas puntualizando elementos que definirían las funciones, pero todos esos esfuerzos tal vez no serían suficientes.

Lo cierto es que atreviéndome a hacer uso de mi experiencia personal lo que creo que es el papel de la esposa del pastor se resume en la siguiente declaración: “El papel de la esposa del pastor es ser ella misma”. Ser una mujer íntegra, sincera, amorosa y alegre. Esas son las cualidades que cualquier congregación quisiera encontrar en la esposa del pastor. De igual forma cualquier pastor quisiera tener una esposa con esas cualidades y por demás está decir que los hijos de ese tipo de mujer se habrán de sentir muy bendecidos.

Recuerdo haber leído alguna vez que la esposa de un pastor no es una esposa trofeo que se exhibe porque llenó los requisitos que se necesitaban para ganarlo. Ella no debe esforzarse por ser la mujer que otros desean que ella sea, porque corre el peligro de fracasar en el intento lo cual podría conducir a que nunca llegara a ser ese trofeo tan deseado. Por lo tanto lo mejor que una esposa de pastor puede hacer es descubrir su propia identidad. Identificar sus fortalezas, sus dones, al igual que sus debilidades y limitaciones. Una vez identificados tus dones lo mejor es colocarlos al servicio del Señor con gozo.

Otro aspecto que debe tomarse en consideración es el de aceptar tus limitaciones. Eso significa que podrás identificar en la congregación personas que son fuertes y talentosas en ciertas áreas en la que tú no lo eres. Esas son las personas que deben formar tu equipo de apoyo, pero cuídate de no sentirte amedrentada por ellas. Recuerda que tu papel en la iglesia no es competir o compararte con los demás. Eres la esposa del pastor y ese título no significa que lo sabes hacer todo aunque algunos miembros en la congregación crean lo contrario.

Finalmente quiero aconsejarte que selecciones lo que sabes y te gusta hacer para hacerlo con amor. Sin embargo, déjame hacerte una advertencia antes de seguir adelante. Si alguien en la iglesia sabe hacer lo mismo que a ti te gusta hacer, pero esa persona ya lo está haciendo, no le quites el espacio. Déjale saber que a ti también te gusta hacer lo mismo y que estás allí para ayudarla en cualquier momento que ella lo necesite. Nunca desplaces a alguien de su cargo en la iglesia para ocuparlo tú. Eso te va a crear muchos problemas en el futuro.

Recuerda:

• Si te gusta tocar el piano, tócalo cuando tengas oportunidad

• Si te gusta cantar, canta cuando sea necesario, o invita a otras cantantes de la iglesia para hacer dúo, cuartetos, etc.

• Si te gusta conversar con las personas, dedica tiempo para llamar algunas hermanas por teléfono

• Si te gusta cocinar, prepara alimentos ricos y comparte las recetas

• Si te gusta visitar a las personas, hazlo cuando puedas

• Si te gusta practicar algún deporte, invita a otra hermana de la iglesia que le gusten los deportes

• Si te gusta hacer manualidades, inicia un grupo de amigas para compartir ideas

Bueno amiga, recuerda que no existe un molde para cortar esposas de pastores así como los hay para hacer galletas. Cada lugar de trabajo, cada hogar, cada congregación es diferente por lo tanto siempre tendrás que ir aprendiendo, ajustando, desechando e incorporando habilidades que te permitirán vivir el ministerio con un índice de felicidad y satisfacción que supere a las tristezas y desafíos comunes no solamente del ministerio sino de esta tierra contaminada con el pecado. Si me preguntas ¿cuál es el papel de la esposa de un pastor? Te contestaré: Ser ella misma.