“Cuando un niño o niña coloque sus manitas entre las tuyas, tal vez estén impregnadas de helado de chocolate, o sucias por haber acariciado un perro. Tal vez tengan una verruga debajo del dedo pulgar o una curita alrededor del meñique. Sin embargo, lo más importante con respecto a esas manos es que representan las manos del futuro.

Esas serán las manos que algún día quizá sostengan una Biblia, o tal vez un revólver; tocarán el piano en alguna iglesia o le darán vuelta a una ruleta de apostar en una sala de juegos, vestirán gentilmente a un leproso en el campo misionero o temblarán incontrolablemente bajo los efectos del alcohol.

En este momento esas manos están entre las tuyas. Te solicitan tu cuidado, ayuda y protección. Representan la personalidad de un individuo en miniatura y debes respetarlas, porque poco a poco se irán convirtiendo en las manos de un adulto y es tu responsabilidad ayudarlas a formar”.

Anónimo