Tradicionalmente la sociedad ha destacado con mucha efusividad el papel de la madre tanto en el hogar como en la crianza de los hijos y ha dejado un tanto opacada la función del padre, sin embargo desde hace varios años atrás se viene diciendo que tanto la madre como el padre ocupan lugares muy importantes y definidos en la vida familiar.  Un hogar donde falta la presencia y el liderazgo del papá es un hogar disfuncional y los niños crecen con marcados daños emocionales por la ausencia de esa figura paterna.

Este mes se celebra en muchas partes del mundo el Día de los Padres y aunque puede tener un trasfondo más comercial que espiritual quiero felicitar a todos aquellos hombres que han comprendido la gran responsabilidad que llevan sobre sus hombros al convertirse en padres. Un padre es aquel que está presente cuando sus hijos lo necesitan, es el que con ternura y amor comprende que ellos tienen necesidades físicas, emocionales y espirituales y no escatima esfuerzos para suplirlas porque ha comprendido que Dios le asignó la responsabilidad de proveedor. Un padre amante es aquel que no habiendo tenido un buen ejemplo por parte de su propio padre ha comprendido que la huella que dejará en sus hijos debe ser mejor que la que dejaron en él y por lo tanto se esfuerza por darle a sus hijos un buen modelo digno de imitar. Un buen padre es que cuando sus hijas llegan a la edad de escoger para el matrimonio buscan un hombre “que tenga características como las de mi papá”.

Se cuenta que un padre en cierta ocasión fue a visitar la clase donde asistía su hijo. Después de terminar la conversación con la maestra, se quedó para observar a un grupo de niños, en los cuales estaba incluido su hijo. Los niños conversaban de la siguiente forma:

– Un niño decía: “Mi papá es médico y gana mucho dinero. Tenemos una casa bien grande y lindo con piscina y muchas cosas más”.

– Un segundo niños dijo: “Mi papá es abogado y tiene amigos muy importantes”.

– Un tercer niño comentó: “Mi papá es dueño de una compañía, y tiene su propio avión, por eso podemos volar a cualquier parte”.

De pronto el hijo del caballero que observaba dijo orgullosamente: “Mi papá está aquí” y volteando su cabeza le sonrió a su padre con alegría y agitó su mano para saludarlo.

En esta ocasión quiero felicitar a todos los padres y expresarles mis mejores deseos, sin embargo quiero expresar mi gratitud a Dios por la bendición de estar casada con un hombre a quien quiero

Durante los primeros años de la vida de sus hijos ustedes ocupan el primer el lugar de Dios. Cuando los niños nacen no tienen noción de quién es Dios ni mucho menos de la relación de Dios con nosotros. Ese concepto sobre el ser Supremo los niños lo van obteniendo en sus primeros años mediante la figura del Padre. Si papá es bueno, ese a quien llama Dios debe ser bueno, pero si papá nos trata mal y no nos ama entonces ese Dios debe ser malo. ¡Qué gran responsabilidad tiene un padre al representar la imagen de Dios en la vida de sus hijos!