Muchos niños y niñas viven inocentes del hecho de que existen personas capaces de causarles un daño sexual o físico. Y, por fortuna, la inmensa mayoría de los adultos efectivamente no es capaz de atacar o de forzar físicamente a un niño- sin embargo, sí existe una minoría de desviados y sicópatas que es suficiente para crear serios problemas de este tipo, como bien lo demuestran los archivo médico sy policíacos. Los padres, pues, no deben evadir la responsabilidad de advertir a sus hijos para que sepan cómo actuar en caso necesario.

Lo primero será, para no alarmarlo innecesariamente, hablarle con calma y naturalidad al niño, indicándole que hay ciertas normas que siempre debe observar por su propia seguridad física, sin que haga falta entrar en detalle, sobre todo tratándose de niños aún muy pequeños en cuanto a los abusos deshonestos de que podrían ser objeto.
Los padres también deben recordar que cualquier persona adulta, aparentemente normal , puede ser un agresor sexual, hombre o mujer, joven o viejo, conocido o desconocido, elegante o de apariencia descuidada, de modo que el niño no adquiera la idea errónea de que debe mantenerse en guardia sólo frente a determinado tipo de vagabundo sospechoso.

Teniendo todo esto en cuenta, estos son los puntos sobre los cuales los padres deben advertir a sus hijos:

Nunca deben acompañar a un adulto desconocido que les diga que va a buscarlos de parte de sus padres.

Nunca deben aceptar invitaciones de desconocidos que quieran llevarlos a visitar su casa, a pasear en automóvil o cualquier otro sitio, so pretexto de mostrarles algo curioso o interesante.

Nunca deben aceptar regalos, dulces, juguetes, monedas, etc. De desconocidos a los que encuentren en calles o parques.

Nunca deben dar su dirección o número de teléfono a ningún desconocido que se lo pregunte, ni darle información alguna respecto a las horas a que ellos se quedan solos en casa, lugares a los que acostumbran ir, etc.

Nunca deben aventurarse y  menos solos a jugar en sitios alejados, aparejes desconocidos, calles pobremente alumbradas de noche, casas viejas abandonadas, etc. Ni tomar atajos poco transitados para cortar camino cuando van de un lugar a otro.

Si alguien que está a su lado en cualquier lugar intenta tocarlo en algunas de sus partes privadas, deben notificarlo de inmediato a cualquier persona adulta.

Nunca deben, se encuentran solos permitir que entre en casa un desconocido.

Si cualquier persona, aunque seas un familiar o amigo de la familia, toca al niño en sus partes íntimas, el niño deberá notificarlo a sus padres.

Si un adulto lo amenaza en la calle o quiere obligarlo a que lo acompañe, el niño deberá correr, gritar con toda la fuerza de sus pulmones y acudir al adulto más cercano para pedir ayuda.