La Biblia es la Palabra de Dios para nosotros. El mayor respeto que podemos demostrar para con la Palabra de Dios es guardando sus preceptos. No es un libro común y por lo tanto no debe ser tratado de una manera ordinaria. Nunca se debería colocar ninguna cosa sobre la Biblia. Permitir que cualquier cosa esté colocada sobre una Biblia es impropio.

La Biblia debe ocupar el lugar de honor en nuestros hogares y en nuestros corazones. A los infantes y pequeñitos no se les debería permitir que jueguen con ella o rompan sus hojas sagradas. Lo mejor es mantener la Biblia lejos del alcance del bebé hasta que sea lo suficientemente grande como para comprender en cierta medida, por lo menos, su importancia. Por más de una razón, nunca se debe permitir que el polvo se acumule en sus tapas. Debe dársele un lugar especial en la casa y siempre debe guardársela allí, excepto cuando esté en uso.

Los niños deben considerar el regalo de una Biblia como uno de los obsequios más selectos. Cada niño debe recibir un ejemplar de las Sagradas Escrituras tan pronto como tenga la edad en que pueda leerla por sí mismo. Darle un ejemplar antes de ese tiempo no es aconsejable. El recibimiento de ese precioso regalo debe constituir todo un acontecimiento especial.

Aunque la mejor manera de enseñar es desde el punto positivo, sin embargo con este mundo lleno de pecado es necesario señalar a los niños algunos errores que se deben evitar. Jamás debe citarse la Biblia como chiste o sus declaraciones usadas en forma humorística. “La mente que está resuelta a obtener el premio, a lograr el cielo, rechazará con propósito firme y determinado toda tentativa de bromear con las cosas religiosas” Mensajes Para Jóvenes 264,265

El nombre de Dios o sus atributos no deben usarse descuidadamente o en una manera liviana sin quebrantar el tercer mandamiento. El parafrasear himnos en forma humorística o vulgar no agrada a Dios.