Casi sin darnos cuenta hemos entrado a la parte final del año 2012. Ya las hojas de los árboles se han comenzado a caer y los hermosos colores del otoño pintan un hermoso paisaje que mueve nuestros corazones hacia el reconocimiento de la grandeza del Dios Creador.
Justamente en esta época del año es cuando se celebra el Día de Acción de Gracias, una fiesta que tiene como objetivo recordar la forma como hemos sido bendecidos por Dios en todos los aspectos de nuestra vida. Lamentablemente para muchas personas este festividad no es sino una ocasión para comer abundantemente y aprovecharse de las ofertas especiales que se promueven por todas partes. Sin embargo, el momento es excelente para hacer un alto en la rutina de nuestra vida para hacernos algunas reflexiones que nos pueden ayudar a evaluar cuán agradecidos somos en realidad.
El año pasado cuando asistimos al sermón que se predicó el Día de Acción de Gracias escuché a un niño preguntarle a su madre por qué razón siempre predicaban sobre la historia de los diez leprosos. ¿La respuesta? Es que por más que se predique sobre esta historia es imposible dejar de resaltar el hecho de que la proporción de personas agradecidas parece seguir siendo una de cada diez. Creo no equivocarme al decir que a medida que nos vamos convirtiendo en una generación tan disfuncional como la nuestra la práctica de ser agradecidos cada vez será menos frecuente. Me pregunto si no nos habríamos comportado igual si hubiéramos sido uno de esos diez leprosos.
En realidad la disposición de agradecer es una señal de que el egoísmo y el orgullo no reinan en el corazón. Indica que se ha puesto a un lado la suficiencia que caracteriza a la mayoría de los seres humanos y se le ha dado paso a las mejores virtudes que Dios nos concede cuando le entregamos nuestra vida. Por supuesto que esta actitud no es natural, pero puede ser desarrollada mediante una íntima relación con Dios. Pensemos por un instante cómo puede ser posible que Dios nos ayude a cambiar nuestro natural instinto de no agradecer.
¿Qué es ser agradecidos?
1. Ser agradecidos es reconocer que todo lo que somos y tenemos es bondad de Dios.
2. Es admitir que tenemos una deuda con Dios por todo lo que hace por nosotros y que nunca la podremos pagar.
3. Es expresar de diferentes formas lo que sentimos por las ricas y abundante bendiciones recibidas diariamente sean grandes o pequeñas.
4. Es mantener una actitud de contentamiento en todo momento por las cosas buenas, y por las cosas no tan buenas.
5. Es reconocer que aunque todo no vaya como deseamos siempre habrá otros para quienes las cosas serán menos ventajosas que para nosotros.
Queridas amigas, la realidad es que tenemos una gran tarea al aprender nosotras mismas a ser agradecidas para que podamos enseñarles a nuestros hijos y nietos esta virtud tan maravillosa. No permitamos que esta generación la cual parece no tener el agradecimiento entre sus prioridades haga desaparecer la costumbre de realizar y agradecer por los actos de bondad que se reciben.
Les deseo una feliz Día de Acción de Gracias y para aquellos que viven en países donde esta celebración no se realiza les animo para que tomen tiempo para reunir su familia y agradecerle individualmente a cada uno por todo lo que como familia han vivido juntos durante el año.
Con cariño,
Evelyn O.